Un Canal a un dólar: lo que imagina Trump del Canal de Panamá



Uno de los rascacielos más altos de la región, un hotel de 70 pisos con forma de velero y vistas exclusivas a la Bahía de Panamá, fue el primer proyecto hotelero de Donald Trump en América Latina.

Según una investigación del Global Witness, este proyecto le habría permitido ganar millones de dólares mediante operaciones vinculadas al lavado de dinero de cárteles de droga latinoamericanos. 

Inaugurado hace 13 años, el Trump Ocean Club, fue presentado como un símbolo de crecimiento económico. En julio de 2011, el presidente Ricardo Martinelli se vanagloriaba de que proyectos de esa magnitud convertirían a Panamá en el “Dubai de las Américas” o  en lenguaje coloquial reforzaran la imagen de paraíso fiscal utilizado para evadir impuestos y lavar dinero. Por su parte, Donald Trump justificó su inversión afirmando que lo hacía “debido al gran éxito del canal de Panamá” y añadió en tono de queja que “estúpidamente Estados Unidos les dio el canal  [a Panamá] a cambio de nada” 

Trump ha buscado insistentemente señalar los “errores” de política exterior que, según él, han perjudicado los intereses de Estados Unidos y debilitado su estatus como potencia global. Durante su presidencia en 2017, repitió este discurso en una reunión con el presidente panameño Juan Carlos Varela, resaltando el éxito de “su” canal: "El canal de Panamá está yendo muy bien. Estados Unidos hizo un buen trabajo construyéndolo”. 

Volviendo a sus negocios en Panamá, el Trump Ocean Club se convirtió en uno de los negocios de concesión de licencias más lucrativos de Trump. La situación dio un giro en 2018, cuando el empresario Orestes Fintiklis adquirió la mayoría de las acciones del hotel y decidió sacar a los Trump del negocio. La familia Trump se negó a ceder el control, desatando una controversia legal que concluyó con la pérdida de su lujoso proyecto en Panamá.

Tras varios escándalos, delitos y condenas, Donald Trump regresó en 2023 con su habitual arsenal de propaganda electoral. Insistió en recuperar lo que, según él, Estados Unidos había perdido, incluyendo el control sobre el canal de Panamá, al afirmar: “Nosotros construimos el canal de Panamá. Lo vendimos por $1.00 dólar y ahora China lo controla”. 

En un mundo cada vez más multipolar, Trump apela a una narrativa nacionalista,  interpretando la pérdida de influencia de Estados Unidos en la región como una señal de su declive hegemónico. Además, recurre a imprecisiones históricas, intervenciones en la soberanía panameña y mantiene una constante confrontación con China. Esta postura, además de aumentar las tensiones en el Istmo,  desafía a actores internacionales como China y otros países. "Si soy presidente, se irán porque tuve una muy buena relación con el presidente Xi”, sentenció en su campaña presidencial demostrando que América Latina y el Caribe es y seguirá siendo considerado el área de seguridad interior y de presencia estratégica de los Estados Unidos. 


Nora Cordoba Grupo Investigación de Relaciones de Panamá con los Estados Unidos


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